sábado, 15 de septiembre de 2018

Phalacrognathus muelleri: Un arco iris en la palma de la mano.

El Phalacrognathus muelleri, o escarabajo ciervo arco iris australiano para los profanos, proveniente del sur de Nueva Guinea y norte de Australia, a mi parecer es un insecto hermoso hasta para los amantes de pisotear todo lo que "repta sobre la tierra", bueno, eso si se molestasen a observar un segundo lo que van a pisar.

Ejemplares macho Phalacrognathus muelleri, porte medio/ major.

Como muchos otros escarabajos metálicos e iridiscentes, su verdadero color y brillo solo puede ser apreciado en vivo (desde una mirada bifocal). El motivo de tal explosión de colores aún se desconoce, pero al contrario que la mayor parte de los Lucanidae crepusculares y nocturnos de tonalidades pardas, el P. muelleri tiene comportamientos diurnos, lo que da a pensar que esto ofrece una ventaja en su camuflaje durante el día o incluso sirve como espejo a la radiación solar para regular su temperatura corporal.
Su belleza se ha llevado mas allá de lo "natural", pues mediante cruces selectivos se han conseguido diferentes "formas" de colores o fenotipos cromáticos. Las más comunes son, la verde ("green form"), roja ("red form"), negra ("black form") pasando incluso por formas azuladas/ púrpuras. A mi parecer la más bonita es la forma salvaje "wild form", que da un sentido pleno a su verdadero nombre común de arco iris. Todas estas variantes "artificiales" han sido obtenidas originariamente en Japón, donde la especie lleva introducida en cautiverio desde el año 1999 aproximadamente.
Antes de su cría en cautividad el P. muelleri era una verdadera rareza, altamente codiciada y perseguida por los coleccionistas, pero hoy en día es una especie bien extendida en la afición gracias a su relativa facilidad de cría y su valor a caído en picado, preservando así en cierto modo sus poblaciones salvajes. Además goza de otras virtudes como la longevidad de los adultos, que pueden vivir más de un año en la mayoría de los casos (según algunas fuentes incluso más de dos), batiendo sobradamente en este sentido a otras especies de escarabajos ciervos coloridos, como los del género Lamprima que viven escasos meses. Su etapa larvaria ocupa un periodo de tiempo moderado, de unos 7 meses para machos y hembras, coincidiendo padre e hijos en estado adulto.

Hace años, observando la cría de esta especie en la afición japonesa me dí cuenta que solo alimentaban a las larvas con el uso del "kinshi" (cultivos de micelio) y en algún lado leí que era la única forma viable, ya no solo para conseguir individuos con un buen tamaño, si no por la propia supervivencia de las larvas. Con todos esos datos me parecía una locura hacerlo de otra forma que no fuese con el uso del hongo, sería un fracaso seguro y dado la dificultad de la elaboración u obtención de kinshi en nuestro país, nunca me atreví a iniciarme con ellos. Más adelante el P. muelleri se hizo común en el mercado europeo, con un buen número de seguidores alimentando sus larvas con madera podrida blanca del bosque, lo que podría dar a pensar que las larvas seguían obteniendo el indispensable micelio que esta contiene. No obstante en la actualidad, ya extendido en occidente el uso del "flake soil" sonaba por algún foro la posibilidad de criarlas con este sustrato avanzado, con un indice de éxito aceptable, aunque no absoluto.

Detalle mandíbulas Phalacrognathus muelleri macho.
Me dispuse entonces a probar yo mismo y por ahora llevo criando esta especie desde hace dos generaciones únicamente, utilizando "flake soil" (madera fermentada) tanto para el montaje del cajón de cría como para la alimentación de las larvas.
En mi caso la tasa de mortalidad de las larvas con este método ha sido razonable, nada que se salga de la normalidad, sin embargo en la segunda generación, la cual fue muy numerosa, hubo una tanda de pupas que murió sin motivo aparente, que en principio he tomado como una experiencia fortuita no relacionada con la alimentación y más bien con otros factores o parámetros que se me escapan.
El resultado en cuanto a la obtención de los adultos (tamaño y morfología) ha sido satisfactorio aunque no óptimo, con la mayoría de los ejemplares orientados hacia un porte "major" de mandíbulas medianas/ largas. Bajo mi punto de vista he de decir que estos resultados no son comparables a los que se obtienen con el uso del micelio de Pleorotus, aún así puedo afirmar que la cría del Phalacrognathus muelleri en ausencia del "kinshi" es totalmente recomendable y gratificante. Seguramente el aficionado avanzado Japonés o Taiwanés no estaría de acuerdo con mi afirmación, pues su nivel de exigencia y capacidad para obtener los materiales apropiados de cría están muy por encima de nosotros. Aparte de su innegable pasión por estos insectos y los años que nos sacan en este campo la explicación de su gran ventaja es sencilla; creo haber mencionado en alguna otra ocasión que en Europa el cultivo industrial de micelio para posterior consumo humano se realiza en grano, mientras que en la cultura asiática se cultiva fundamentalmente sobre virutas de maderas duras, lo que ha fomentado indirectamente un rápido conocimiento sobre la cría de los escarabajos cuya alimentación sapro-xilófaga esta ligada en enorme medida a los hongos. El aprovechamiento de este recurso en principio destinado para uso humano tiene múltiples aplicaciones directas en esta afición y los asiáticos lo tienen a bajo coste y fácil acceso.

Larva L3 macho Phalacrognathus muelleri (12.5g.)
A continuación dejo algunas fotos de mis avances con esta especie.
En la segunda generación conseguí un buen progreso con las larvas, los mayores individuos de la primera generación apenas llegaron a los 8 gramos mientras que con las ultimas conseguí algunos machos de 12-13g.(véase imagen de la izquierda), siendo más cuidadoso con el punto de fermentación del "flake soil", sus aditivos y los cambios de sustrato oportunos (creo recordar que únicamente dos hasta la metamorfosis).
Con "kinshi"  he visto obtener larvas de casi 20g. y supongo que no serían en los mejores de los casos.
En la primera generación, dado los pesos máximos mencionados, los machos adultos que obtuve fueron todos "minor" mientras que en la segunda obtuve una buena proporción de machos "major", no solo mayores en cornamenta, también apreciable en la corpulencia.
Lo que me resulta curioso de esta especie, es que según el método de alimentación empleado la corpulencia es lo que más varia, es decir, un macho "minor" (de mandibulas cortas) criado con "kinshi" es mucho mas corpulento que un macho "major" (de mandibulas largas) criado con "FS". El tamaño de las mandíbulas no va relacionado directamente con la robustez como en la mayoría de Lucanidae.

Talla media ejemplares macho 1ra generación.
Talla media ejemplares macho 2da generación.   










Mayor "minor" y "major" de Phalacrognathus muelleri, 1ra y 2da generación.
Concretamente la talla máxima obtenida fue de 52mm (imagen superior) con unas buenas proporciones pero con una falta de robustez o volumen general ya que el tamaño máximo para esta especie roza los 70mm.

En cuanto a comportamiento, los machos no son especialmente agresivos, en un terrario con un espacio razonable y con distintos puntos de alimento podrían convivir unos cuantos de ellos. En mi caso, dado que en esta especie los adultos se pueden disfrutar por largo tiempo, los mantengo de forma individual para asegurarme completamente de que los ejemplares permanezcan intactos y que su longevidad sea óptima, continuas trifulcas pueden dar lugar a el estrés y agotamiento de los individuos, perdiendo además prematuramente partes de sus extremidades (artejos y tarsos).
Respecto a la construcción del ternario de cría utilicé "FS" con una profundidad de unos 17-20cm, en el fondo algo más prensado que en superficie.
En su interior metí un tronco podrido de unos 15 centímetros de diámetro para incitar a la hembra a hacer las puestas.
La madre puede ovipositar directamente sobre el sustrato pero normalmente lo hace sobre la superficie del tronco o en su interior horadando túneles (imagen inferior izquierda).

Túneles horadados por la hembra
 de P. muelleri en tronco podrido.
Recolección de larvas P. muelleri encontradas en el "FS".

Búsqueda de larvas P. muelleri en tronco podrido.
La explicación del porqué a veces las hembras se niegan a poner sus huevos sin la presencia de un tronco es debida a que el "flakesoil" o cualquier otro tipo de sustrato en descomposición tiene un tiempo de duración limitado antes de ser degradado completamente por microorganismos, hongos etc y cuando llega a esta situación queda exento de nutrientes para las larvas. Sin embargo un tronco al ser una pieza más grande tarda mucho más en degradarse, puede tardar varios años, mientras un sustrato fino puede hacerlo en uno sólo. El tronco supone un plan B para la descendencia y la madre instintivamente lo sabe.


Hembra de P. muelleri
alimentándose de sus larvas.


El canibalismo de padres a hijos es moderado pero existente (obsérvese la imagen de la derecha). Las hembras depredarán a sus crías en busca de la valiosa proteína, por lo que es prudente realizar la búsqueda de las larvas dos meses después al montaje del cajón de cría, evitando de paso el posible canibalismo entre hermanos.
En la familia Lucanidae es tremendamente común este comportamiento, pero hay géneros concretos como el Prosopocoilus que se llevan la palma según mis observaciones, donde la progenitora arrasa con toda su descendencia llegando a bautizar yo mismo esta conducta como el "Síndrome de Saturno".



Cambio de sustrato en recipientes de 500cc.
para las larvas de P. muelleri L3.
Tal y como hacemos con todos los lucánidos generalmente, una vez recogida la descendencia, es importante individualizar las larvas en sus respectivos recipientes, así optimizamos el tamaño de las mismas asegurándoles el alimento suficiente. De esta manera las separamos de la competencia, evitando también las posibles bajas por canibalismo entre hermanas.
En la fotografia de la derecha estoy efectuando un cambio de sustrato en la etapa de L3, los repientes de 500cc. tienen ya un volumen suficiente para esta especie de tamaño medio.




Emergencia y extension
 de mandíbulas del P. muelleri.
Entre las curiosidades remarcables podemos citar la extensión de las mandíbulas del macho tras la emergencia, al igual que ocurría con los Megasoma (en ese caso el cuerno, ya comentado en un post anterior). Lo normal sería que la pupa tenga la forma definitiva de estas protuberancias sin la necesidad de extenderlas al emerger de ella.


Dimorfismo sexual P. muelleri
Machos izquierda, hembras derecha.


En relación al dimorfismo sexual es bastante acusado en los imagos, como en todos o la enorme mayoría de lucanidae las mandíbulas de los machos están fuertemente desarrolladas con el objetivo de competir por el territorio o las hembras. Aun así un macho "minor" de P. muelleri con mandíbulas extremadamente cortas podría confundirse con una hembra, pero hay muchas otras características morfológicas que nos ayudan a diferenciarlos. La segunda diferencia que salta a la vista a mi parecer es el punteado de las hembras en sus élitros, siendo en los machos lisos y resplandecientes. (obsérvese fotografía de la derecha).


Y para terminar recordemos, siempre "captive bred" (criados en cautividad), dejemos de fomentar las capturas masivas, aun ovacionadas en las redes sociales por los "amantes de los escarabajos", quizás por la sobre valoración de la existencia de la consanguinidad en los insectos en cautiverio, cuando realmente es prácticamente inapreciable y menos aún si existe un flujo de intercambio de especímenes entre aficionados.
Además como triste apreciación personal, ¿para qué tanto "wild caught" (captura salvaje) si en la mayoría de las ocasiones no se crían estos animales ni dos generaciones seguidas?. La justificación de la "sangre nueva" pierde su valor,  entrando en juego el morbo por la falsa idea de exclusividad del comprador; algo ridículo.
Ejemplares de P. muelleri captive bred "CB".
Afortunadamente, el verdadero sentido de la cría en cautividad se pone de manifiesto con esta especie, como ocurre en otras cuyas exportaciones de sus países de origen están relativamente controladas.
El P. muelleri es un claro ejemplo de que el "CB" puede ser un éxito, es más, ya lo fué desde que se introdujo en el hobby en 1999 en la isla de Japón.
El deseo de mantener animales que deberían estar en libertad es parte del egoísmo del ser humano, pero ya que lo hacemos, hagámoslo lo más éticamente posible, pues incluso con suerte podría tener algunos beneficios colaterales.

Detalle mandíbulas Phalacrognathus muelleri macho.


Detalle mandíbulas Phalacrognathus muelleri macho.



domingo, 18 de marzo de 2018

Megasoma gyas porioni: elaboración de la cámara pupal artificial.

Hace tiempo que no publico ningún post, pero no por ello he dejado de lado la afición, todo lo contrario, cada vez va a más, ¡esto es una auténtica locura!. Quizás se debe a que el tiempo en línea que dedico a los escarabajos está dirigiéndose a Facebook, una buena plataforma para estar en contacto con aficionados de todo el mundo. Es por ello que hace poco decidí hacerme una cuenta exclusivamente para este hobby, donde frecuentemente voy colgando fotos y pequeños vídeos que me gustan (Mi Facebook: Fernando Caro CE).
En el blog, al contrario, no intervengo asiduamente pero a cambio doy unas explicaciones más o menos elaboradas, utilizándolo para divulgar este maravilloso hobby.

Bueno, quise aprovechar la pupación de estos espectaculares dynástidos (o mas bien dicho Dynastinos) para enseñaros un clásico de la cría de escarabajos, el uso de la espuma floral para la construcción de celdas pupales artificiales y los errores más frecuentes que se dan durante su elaboración.
Megasoma gyas porioni, ejemplar macho.

La premisa fundamental para el éxito de la emergencia de los imagos será el uso de espuma floral para plantas naturales (color verde oscuro) y no otros materiales sustitutos, pues en el mercado encontraremos otras espumas, como la que se usa para fijar los tallos de plantas artificiales, o incluso espuma de embalaje, cuya absorción del agua no es óptima ni homogénea, pudiendo llevar a nuestras pupas a un fatal desenlace.
Curiosamente en le mercado japonés ha aparecido una espuma negra, con un tallado prefabricado semicilíndrico, que se esta usando para la pupación de grandes Dynastinos como el D. hercules ssp.; pero ante la falta de información no puedo adelantar de que se trata. Aún así, los mejores criadores asiáticos siguen usando la espuma floral verde convencional, esculpiéndola personalizada al individuo y la especie.

Cópula Megasoma gyas porioni.

¿En qué casos debemos usar el cocoon artificial?

- Rotura accidental de la cámara pupal natural al revisar el cajón de las larvas.
- Lombrices de tierra en el sustrato que pongan en peligro la estructura de la celda pupal natural.
- Recogida de larvas en prepupa para evitar malformaciones en las especies con larga cornamenta.
- Sustrato con un grado de humedad incorrecto durante el periodo de pupación.
- Mero gusto de observación de la pupa.

Pupas M. g. porioni. Cámaras pupales destruidas, exuvias abajo, bloques
de espuma floral arriba.
Pues bien, en este caso concreto, a pesar de haber extraído las pupas cuidadosamente y a conciencia, sabiendo donde estaban situadas (dado que esta especie al igual que otros Megasoma suelen pupar pegados a la base de la caja), se me desmoronaron las cámaras pupales, siendo el ejemplo de lo que puede ocurrir accidentalmente en un chequeo periódico.
La inconsistencia de las cámaras era debida en esta ocasión a un reciente cambio de sustrato anterior, que al estar poco degradado resulta más difícil de compactar para la larva.
En la fotografía de la izquierda podemos ver las celdas pupales destrozadas junto a las exuvias de la antiguas larvas (abajo de la imagen) y los bloques de espuma florar que se iban a utilizar para reponerlas.
    
Construcción de cámaras pupales artificiales y tallado correcto del plano frontal

Del primer bloque de espuma floral, saqué dos celdas para las hembras y del segundo, una celda para el macho que era algo mayor. Con ayuda de un cuchillo afilado la espuma se cortará limpiamente en las secciones deseadas y con la cuchara, cavaremos la oquedad, siguiendo el ejemplo de la fotografia superior (plano frontal), que deberá tener una profundidad y estrechez suficiente como para que la pupa esté estable. De lo contrario si el tallado es poco profundo y demasiado ancho, la pupa quedará inestable provocando que el adulto al emerger no encuentre la posición apropiada para estirar correctamente sus élitros y/o alas posteriores, es decir dará lugar a malformaciones que pueden llevarlo a una muerte prematura sin posibilidad de reproducirse.
Este hecho ocurre en algunas especies más que en otras; por ejemplo algunos lucánidos son extremadamente tolerantes a una forma irregular o incorrecta de la cámara, por el contrario, la mayoría de cetónidos son extremadamente sensibles, necesitando su cocoon natural, totalmente redondo y ajustado en su interior para estirar apropiadamente, lo que hace totalmente desaconsejable sacarlos de su capullo original.
Aprovecho un caso particular que puede ser de ayuda a mas gente, es el de un buen amigo, Marcos Delgado, que accidentalmente destruyó los cocoons de algunas de sus Mecynorrhina torquata ugandensis (Cetoniinae).
Rescate de pupas de Mecynorrhina torquata ugandensis
en cámaras artificiales. Experimento de Marcos Degado.
Hábilmente supo sustituirlos por unos artificiales reproduciendo a los originales con bastante exactitud: con la profundidad adecuada, ovalados, lisos y ajustados al cuerpo de las pupas. En cetónidos, otro contra de utilizar el sustituto artificial es la complicación de regular una muy baja humedad ambiental (necesaria en esta etapa para los cetónidos africanos de clima subtropical), pues la espuma esta pensada para todo lo contrario, retener bien el agua manteniendo una buena humedad estable. Si observamos la imagen, Marcos mantuvo la espuma prácticamente seca, utilizando como única fuente de humedad una pequeña porción de espuma floral mojada y apartada de las pupas (con forma circular en la parte inferior de la imagen). Utilizando este sistema hay que prestar especial atención ya que se deja un estrecho margen entre una humedad baja y nula, complicando aún más la etapa pupal de nuestros cetónidos,
Por todos estos incovenientes vuelvo a insistir en la importancia de mantener a esta familia de escarabajos dentro de su cocoon natural y en el caso de querer observar si todo marcha bien en su interior, abrir una minúscula ventana (de no más de 3mm) en uno de sus polos.

Después de este inciso con la problemática de los Cetoniinae, sigo con el acabado de las cámaras artificiales, donde una buena opción es alisarla con la yema de los dedos bajo el grifo, quedando el interior totalmente suave, sin irregularidades para que el imago no encuentre interferencias durante la emergencia; además aprovechamos para saturar de agua la espuma por completo.
Cajas para almacenar las cámaras artificiales con sus respectivas pupas,
M. gyas porioni.
La propiedad más importante de este tipo de espuma floral es que al saturarla no se encharca, simplemente mantiene el agua en su interior sin que entre en contacto con la pupa. Jugaremos entonces con la ventilación de las cajas para mantener la humedad ambiental precisa en el interior del recipiente, pudiendo estar tranquilos de que el agua no se evaporará por completo durante la pupación, pues este material puede almacenar en su varios litros en su interior (observemos la imagen de la izquierda).

Ejemplar macho de M.g.porioni proximo a emerger (izquierda)
y recién emergido (derecha).
Una vez se aproxime la hora de la emergencia veremos el oscurecimiento de la pupa en algunas zonas, pues la superficie expuesta se va convirtiendo en una fina piel o cáscara (futura exuvia), y la transparencia aumenta debido a la formación y endurecimiento de la quitina del adulto. No confundamos este oscurecimiento con que la pupa está pudriéndose.

Tras esta observación nos aseguraremos de que haya la humedad suficiente para que la exuvia deslice, no quede pegada y el despliegue de las alas anteriores y posteriores sea correcto. El proceso dura horas y es delicado, no debemos molestar al escarabajo durante la emergencia ya que podría verse comprometida.
Ejemplares hembra y macho de M. g. porioni madurando en
su etapa inactiva.
Posteriormente el adulto permanecerá un tiempo en su etapa inactiva, en la cual endurecerá el exoesqueleto y madurará sus órganos. Este periodo puede durar unas semanas o un mes dependiendo de la especie; incluso podría alargarse varios meses si esta requiere diapausa.
En el caso del Megasoma gyas es aproximadamente un mes.
Durante la fase inactiva el escarabajo permanecerá boca arriba muchas horas y es totalmente normal (fotografía inferior izquierda). También tendrán sus ojos transparentes o blanquecinos/grisáceos, en vez de negros opacos pues al igual que todos sus demás órganos están madurando (ver fotografía inferior derecha).
Esta última observación nos puede ayudar para asegurarnos que cuando un vendedor nos dice que ofrece una pareja inactiva (sleeping pair/ fresh pair), lo sea realmente.

Ahora, sabiendo más o menos la teoría de cómo dar uso a la espuma floral, vuelvo de nuevo al cuándo usarla. Realmente, aparte de por el gusto de la mera observación o rotura accidental, sólo he tenido la necesidad de pasarlas a un capullo artificial por problemas de contaminación de lombrices de tierra en el sustrato.
Estos anélidos cuando son muy abundantes remueven todo el sustrato, degradándolo y traspasando las cámaras pupales una y otra vez hasta que las destruyen, provocando que cuando el adulto intente emerger quede atrapado en el amasijo de sustrato y muera (colapso pupal).
Las plagas de lombrices son realmente difíciles de eliminar cuando se tienen decenas de recipientes en la habitación de cría, a ellas les encanta colonizar nuevos lugares y son capaces de salir del sustrato y trasladarse de un bote a otro antes de que la falta de humedad ambiental consiga matarlas.
La mejor opción es congelar el sustrato durante 2 días en cuanto veamos la primera lombriz para así poder reutilizarlo si no lo queremos tirar, matando también a sus huevos y evitando que se propaguen por otros cajones de cría. Es cierto que esto se convierte en una tarea casi imposible si los sustratos que utilizamos son recogidos del suelo del bosque, que suelen traer polizones.

Pupa de Dorcus titanus typhon sepultada
por lombrices de tierra.
Cuelo la imagen de la pupa de un Dorcus titanus typhon para mostrar la problemática. Afortunadamente revisé su recipiente a tiempo encontrándola con vida y fue trasladada a una celda artificial. Cuando la desenterré, no quedaba ni rastro de su cámara pupal, estaba totalmente sepultada.
Si la destrucción de su celda hubiera sido durante el periodo de prepupa, es seguro que tan siquiera hubiera llegado a transformarse en pupa.


Pues bien, lombrices aparte, quería comentar el traspaso de la prepupa a un cocoon artificial. Se me ocurren pocas especies que realmente lo puedan necesitar para evitar malformaciones en la cornamenta por falta de espacio o asimetría de su cámara natural, salvo algunas del género Dynastes y Chalcosoma. Además en la ocasión de necesitarlo, sería en individuos gigantes que rara vez consigue el criador europeo con nuestros actuales métodos y conocimientos de cría, por eso es un procedimiento poco usado aquí.
Para llevarlo a cabo correctamente, es primordial extraer realmente la prepupa y no confundirla con una larva aún activa en el interior del cocoon. Romper la cámara pupal antes de tiempo obligará a su larva a construir otro de nuevo, sin poder engañarla introduciéndola en uno artificial, lo que provocará en la misma una pérdida sensible de peso y en el peor de los casos, puede llevarla a la muerte si ya no le quedase energía. Algunas especies no darán lugar a una segunda oportunidad, puesto que solo construyen su cámara una sola vez.
Sabiendo esto procederemos de la siguiente manera:

- En el caso de poder observar la larva en su cámara a través de la pared del recipiente, nos fijaremos en estos síntomas para aseguraremos de que está en prepupa: la larva sólo podrá realizar movimientos circulares con el abdomen (aunque suene cómico "como si bailara el hula hoop"), además sus patas y su mandíbula estarán completamente inmóviles.
- En el caso de no poder observarla con claridad a través del recipiente hay que tener en cuenta que para que un gran Dynastinae entre en fase de prepupa debemos esperar un mínimo de 14 días desde la construcción de la cámara pupal, pero es más seguro extraerla a partir de los 21 días (bajas temperaturas puede alagar aún más el proceso).

Para concluir el post y completar un poco más gráficamente el ciclo biológico de esta bella especie, os dejo las fotográfias de las larvas de Megasoma gyas porioni que dieron lugar a los tres ejemplares adultos de esta historia.


Peso maximo larvas M. gyas porioni,
 izquierda macho, derecha hembra.
Larvas M. gyas porioni próximas a la pupación.
Esta especie apenas amarillea en su última etapa, al contrario que su congénere el M. elephas, que lo hace muchos meses antes de pupar. Eso sí, las larvas de Megasoma gyas porioni adquieren un aspecto verdaderamente enfermizo poco antes de pupar (ver imagen superior).



El peso final dejo mucho que desear y los adultos salieron a su vez más pequeños de lo que esperaba, aunque el macho no llega a ser un ejemplar "minor" es más bien pequeño, en cambio una de las hembras tiene un tamaño considerable... pero bueno era mi primer intento con esta especie y conseguí este precioso trío del que espero sacar mucha satisfacción. Espero que gusten.

Trío Megasoma gyas porion

Detalle élitro Megasoma gyas porioni macho.
Detalle pronoto  Megasoma gyas porioni macho.