jueves, 3 de agosto de 2017

Megasoma elephas elephas, preparación de celdas pupales y emergencias.


Los Megasoma parecen tener un ciclo larvario infinito, pero de repente llega el milagro de la metamorfosis y esta vez... en masa!

Grupo de imagos de Megasoma elephas elephas.

Grupo de pupas de Megasoma elephas elephas.

Normalmente reviso las larvas cada 2 meses, son tan lentas que no me pierdo nada, tal vez sea un error y siendo más constantes en la tarea de suministrar aditivos al sustrato conseguiría larvas más pesadas y por tanto adultos de mayor tamaño. Pero estos "bebés" transmiten tal tranquilidad que no me incitan a estar atento, siempre sabes que están bien, comiendo lentamente pero sin pausa.
Es un error pensar que las larvas de Megasoma devoran decenas y decenas de litros de materia vegetal a lo largo de su vida debido a su gran tamaño, he leído barbaridades acerca de la cantidad de alimento que supuestamente demanda cada larva; si esto fuera así, sería insostenible para cualquier criador. 
Yo mantengo grupos de 2, 3 ó 4 larvas L3 en recipientes de 16 litros repletos de sustrato, los cambios los hago graduales y muy tardíamente, sobre todo con la intención de renovar el sustrato degradado por el paso del tiempo y no tanto por el consumo del mismo. Las larvas tienen un metabolismo lento cuando llegan a L3, más aún cuando alcanzan un peso considerable (+90g en machos) al cual llegan rápidamente (en unos 10 meses) y cuando llegan a su peso máximo se pasan muchos meses sin crecer pero manteniéndolo comiendo de forma constante. 
Si, son lentas... pueden pasarse tranquilamente 24 meses o más en estado larvario.

Larvas L3 de Megasoma elephas elephas.
El color amarillento en la piel de las larvas, la textura recia y áspera de la misma suele ser un indicador de estar cerca de la pupación, pero este factor para esta especie no funciona, se pasan casi la mitad de su vida larvaria con este aspecto.
De hecho, este color amarillo tan acentuado nos hace saber que estamos ante un ejemplar de Megasoma elephas y no otra especie.
Observemos estas características en la imagen de la izquierda, se tratan de unas larvas en L3 casi un año antes de su pupación y meses antes de alcanzar su peso máximo.


Realmente entre los grandes Megasoma, M. elephas es uno de los más rápidos pudiendo pupar en 18 meses.
De estos ejemplares que muestro a continuación he perdido los primeros datos, pero creo tener la suerte de que tardaron unos 20 meses como mucho y la verdad que al estar trabajando con las demás especies ni me he percatado del paso del tiempo cuando de repente me las encontré ya en sus cámaras pupales.

Antes de seguir con mi experiencia comentar que el Megasoma elephas se distribuye por toda américa central, yendo desde el sur de Mexico hasta Venezuela y se compone de tres subespecies:

- Megasoma elephas elephas (Fabricius, 1775).
- Megasoma elephas iijimai (Nagai, 2003). 
Megasoma elephas occidontalis (Bolivar et al., 1963).
 Este último fácil de diferenciar por poseer ambos cuernos torácicos divergentes y horizontales.

Las cámaras pupales son fáciles de observar, ya que normalmente las construyen pegadas a la parte inferior del recipiente, por ello un envase transparente es fundamental. Una vez pasada la fase de prepupa y visualizadas ya las pupas a través de la parte inferior del recipiente podemos acceder a ellas mediante distintos métodos si nuestra intención es la de exponer las pupas para hacerles un seguimiento.
El más simple es excavar poco a poco hasta dar con las cámaras pupales y una vez es extraída la pupa se pasaría a un cocoon artificial de espuma floral. Por supuesto siempre esta la opción de no molestarlas, dejarlas donde están y esperar a que emerjan los imagos.
Sin embargo mi intención era la de observar y disfrutar del proceso sin la necesidad de utilizar un cocoon artificial, pues la utilización de su propio cocoon o celda pupal modificada será más que suficiente para concluir con éxito esta delicada etapa.
Yo lo hice de la siguiente manera; en primer lugar me aseguré de que el sustrato estaba hecho un "bloque", entonces volqué el recipiente lentamente sujetando con la mano la superficie del mismo para evitar una caída brusca o el desmoronamiento del contenido.
Tener en cuenta que este método puede ser arriesgado si no lo realizamos con sumo cuidado, pues al voltear el recipiente, se podría deshacer el interior, precipitándose las pupas contra el suelo, rompiéndose y muriendo con casi total seguridad.


Cámaras pupales de M. elephas elephas situadas en el fondo del recipiente.

Una vez volcado tendremos a las pupas en la parte superior del bloque. En la fotografía de la izquierda se puede observar que es compacto, incluso se han quedado grabadas las estrías del recipiente.
A continuación pasamos a ampliar cuidadosamente la "ventana" de la celda que originalmente estaba pegada contra el fondo del recipiente y una vez tenga suficiente amplitud como para ver el interior completamente, extraemos la pupa y examinaremos
Celda pupal de M. elephas elephas modificada, vacía y limpia
si está sana o tiene algún tipo de malformación. Es entonces cuando aprovechamos para limpiar el interior de la cámara quitando la exuvia y restos de sustrato que hayan caído dentro durante el proceso.
En el recipiente vacío devolvemos nuevamente las celdas pupales ya modificadas y limpias. A continuación, con el sustrato original (humedecido de nuevo si fuese oportuno), rellenamos el espacio vacío. Por último recolocamos las pupas en sus respectivas celdas, que en el caso de tener inclinación, situaremos la cabeza de las mismas en la zona más alta.

Observemos el proceso finalizado en las fotografías que hay a continuación.
Pareja de pupas de Megasoma elephas elephas.
Trio de pupas de Megasoma elephas elephas.



Tapaderas superpuesta sobre los cocoons para mantener la humedad.
Con objeto de mantener la humedad estable dentro de las cámaras pupales puse una tapadera de plástico superpuesta sobre cada uno de ellas (observar imagen de la izquierda). 
No hay que mencionar que la tapadera principal del recipiente debe permanecer cerrada con su ventilación correspondiente, al igual que cuando estaban en fase larvaria.
Tengamos en cuenta durante este paso que la falta de humedad es tan mala como su exceso, ambos extremos pueden echar a perder las pupas.


Quiero apuntar lo extraño de esta situación, donde todas estas larvas han pupado simultaneamente, estando en cajas separadas en pequeños grupos e incluso habiendo dos cepas distintas (aunque de edad similar).
Es sabido que este tipo larvas con un ciclo tan largo, pueden coordinar la pupación mediante una "comunicación" hormonal, para asegurar la reproducción de los adultos. Pero esta comunicación ha ido más allá trasladándose de un recipiente a otro; dá que pensar este fenómeno, sabiendo que el rango temporal de pupación es enorme en esta especie, ¿coincidencia?.
Si es verdad que dos meses antes hice un cambio de sustrato bastante radical, siendo este un "Black soil" bien fermentado y moldeable, pudiendo animar a las larvas en la tarea de la construcción del cocoon... Dejo abierta esta incógnita a los lectores.

Grupo de pupas M. e. elephas en sus celdas pupales preparadas en sus recipientes originales.
En cuanto a su dificultad, va a parecer que siempre digo lo mismo, que es una especie fácil; pero es que en realidad lo es, pese a su apariencia de escarabajo gigante y poco accesible.
Por lo único que no la recomendaría a un principiante es por su largo ciclo larvario, requiere paciencia y aunque las larvas no necesitan cuidados constantes como cualquier otro animal, la persona que se inicia acaba aburriéndose y descuidando el recipiente. Precisamente la falta de cuidados periódicos hace que la atención tardía pero indispensable acabe en el olvido.
Por lo demás es una especie tolerante a un amplio rango de temperatura, con unas larvas que generan fácilmente una flora bacteriana simbiótica adecuada en su entorno sea cual sea su estado larvario, siendo muy flexible con el tipo de materia orgánica vegetal, habiendo criadores que usan para su cría grandes cantidades de humus de hoja además de madera (tanto flake soil como madera blanca podrida del bosque) e incluso tocones de madera en proceso de descomposición, los cuales son introducidos en el interior del sustrato para que las larvas los mordisqueen.
Yo como siempre soy partidario del flake soil, creo que con él se consiguen los mejores resultados, ahorrándome la engorrosa tarea de recoger materiales del bosque además de minimizar plagas y enfermedades.

Toca mencionar la peor parte para algunos, la vida adulta del Megasoma elephas una vez el ejemplar esta activo es de apenas 4 meses. Para un amante declarado de los escarabajos como yo, considero que tener en mis manos un Megasoma vivo es un privilegio, es una experiencia que pocos aficionados a la entomología pueden disfrutar. Quizás los hemos visto al natural tristemente disecados, recolectados durante expediciones, pero pocas veces se tiene la oportunidad de verlos realizando sus actividades biológicas a escasos centímetros de nuestros ojos, con la suerte además que es una especie que su cría en cautividad es posible además de fácil.
Por otro lado tengo entendido que en especies como el Megasoma gyas porioni (no hace muchos años introducida ampliamente en la afición), hay ejemplares adultos que llegaron a vivir casi un año. Espero corroborar este dato en poco tiempo.

Adultos de M. e. elephas poco tiempo después de emerger y plegar sus alas posteriores membranosas.

M. e. elephas. Cuerno retraído en el estadío 
de pupa y posterior extensión del 
mismo tras emerger (4 días despueés).
Por último, siempre me gusta hacer algunos apuntes curiosos.
El cuerno cefálico del Megasoma elephas se presenta retraído durante el estadío de pupa (al contrario que la mayoría de especies, cuyas pupas ya presentan la forma final de sus protuberancias), es cuando emerge el momento donde se produce el bombeo de hemolinfa para extenderlo lentamente.
Misteriosamente, el cuerno del Megasoma elephas no alcanza su forma y longitud definitiva hasta varios dias después, cuando el exoesqueleto ya aparenta ser demasiado rígido como para modificar su forma.
Este extraño fenómeno se dá también por ejemplo en las mándibulas del Phalacrognathus muelleri (familia Lucanidae). Por eso no debemos confundir a la pupa con un futuro macho "minor" hasta ver el resultado final.



Malformación severa en hembra de Megasoma elephas elephas.
También quería mostraros el caso de esta hembra de la imagen de la izquierda. La pupa de este ejemplar estaba totalmente mal formada y retorcida; normalmente cuando esto ocurre lo lógico es que esta muera en unos días sin siquiera llegar a emerger. Aunque no es de agrado que esto suceda resultó increíble que este ejemplar llegase a adulto bajo estas duras condiciones.
Desgraciadamente y como era de esperar murió al segundo día tras la metamorfosis y la disequé para su estudio. Obsérvese la grave malformación del pronoto.







Bueno, y aquí tenéis los resultados, aunque no llegan a ser unos monstruos tienen un tamaño considerable, los machos son "major" con un largo cuerno cefálico, como es el caso del ejemplar de la imagen de abajo; así que estoy muy contento con los resultados, pero como siempre seguiré afinando... Espero que os haya gustado.

Medición de macho "major" de Megasoma elephas elephas.
Medición de hembra de Megasoma elephas elephas.




miércoles, 2 de agosto de 2017

Algo más acerca de los cetónidos: Aplicación de sustratos de horticultura y presentación de algunas de mis especies.


Voy a aprovechar este post para presentaros algunas de las especies de cetónidos que normalmente crío y que no he colgado sus fotografías en entradas anteriores.
Además quiero hablar acerca del sustrato apropiado para ellos, sé que anteriormente le he dado miles de vueltas a este aspecto e incluso he sido repetitivo, pero me siguen preguntando y voy a intentar concretar este asunto.
La obtención del sustrato para estos escarabajos es realmente fácil pues además de ser polífagos, aceptan una gran amplitud de tipos de materia vegetal.
Empecemos por aquí partiendo de la base de que los cetónidos son insectos saprófagos, sus larvas viven a expensas de la materia orgánica vegetal en descomposición. Esto quiere decir que una alimentación adecuada podría basarse en humus de hoja podrida, madera en descomposición o cualquier tipo materia orgánica de origen vegetal compostada (como compost, humus o mantillos que venden con fines hortícolas). Por supuesto la mezcla de todas ellas juntas también valdría, la clave está en conseguir el equilibrio y textura adecuada.

Grupo de cría de Dicronorrhina derbyana conradsi (único ejemplar macho abajo).

Larvas L3 y cocoons de Dicronorrhina derbyana conradsi.















En la naturaleza los cetónidos buscan para criar las grandes oquedades de árboles muertos o viejos con partes muertas. Estas oquedades, ayudado por la acumulación de hojas caídas del propio árbol o colindantes, conserva la humedad adecuada para fomentar la descomposición de la propia madera y por supuesto de la misma materia vegetal que cae dentro. Los adultos, atraídos por tan propicio lugar de desove, hacen sus primeras puestas y pronto aparecen las pequeñas larvas que remueven continuamente la materia, promueven la humedad y establecen una gran colonia bacteriana en el entorno. Todo ello junto con su insaciable voracidad acelera la descomposición exponencialmente.
Por tanto estas larvas no se están alimentando solo de hojas, la mayor parte de su sustento procede de la madera de donde se hospedan. En definitiva, la larvas ocupan un importante nicho ecológico, son grandes descomponedoras y recicladoras de la naturaleza.
Asentada la base de la biología de estos insectos (aunque más adelante veremos algunas variantes con otros comportamientos), lo primero y a muy grandes rasgos, será valorar la talla del cetónido, una especie grande necesitará mayor porcentaje de materia orgánica en el sustrato, mientras una pequeña obtendrá los nutrientes necesarios en un sustrato más pobre.
Por tanto un compost/ humus/ mantillo libre de contaminantes químicos para la horticultura y jardinería comprado en un vivero por ejemplo, tiene bastante materia orgánica vegetal como para satisfacer las necesidades de un cetónido de talla pequeña (ProtaetiaSmaragdesthes, Pachnoda...) sin estar de más suplementarlo con un porcentaje de humus de hoja del bosque, madera blanca podrida, flake soil... o la mezcla de varios para asegurarles un crecimiento sano. De lo contrario una especie mediana o grande (EudicellaDicronorrhina, Mecynorrhina...) necesitará un porcentaje mucho mayor de estos elementos, aparte de aditivos proteicos en algunos casos.
No ignoremos que el compost comercial puede ser de origen vegetal o de excremento de ganado. Bajo mi experiencia el compost proveniente del estiércol no es el más adecuado, generalmente buscamos sustratos con el pH más neutro posible y este último suele ser algo ácido además de no ser acorde con la biólogia de la mayoría de los Cetoniinae (recordemos a las larvas en las oquedades de los árboles en la naturaleza).
Bien es cierto que hay especies que a pesar de no ser estrictamente coprófagas, crían muchas veces en montones de estiércol, se me ocurren varios ejemplos de Cetoniinae que habitan en nuestros campos como los procedentes del género TropinotaOxythyrea e incluso Netocia; al igual que hay especies excepcionales y tan polígrafas que son capaces de hospedarse en los tocones de coníferas muertas (también ácidas) como el Oryctes nasicornis (subfamilia Dynastinae). No obstante todos estos ejemplos y conductas biológicas no son usuales entre los cetónidos que normalmente criamos, por lo que no debemos ponerlas en práctica, aunque nunca hay una regla general ni un único camino, no cierro completamente las oportunidades de experimentación del lector.
Para mí, los ideales son los compostajes, humus o mantillos comerciales de origen vegetal que contienen algo de sílice en su composición, pues esta proporción de arena dá una textura más fina al sustrato, incitando a los adultos a ovipositar y sobretodo, ayudando a las larvas a la construcción del cocoon.
Poco se oye hablar de los compost preparados para plantas para la cría de escarabajos, pero no son nada caros y son de fácil acceso para todo el mundo, no hay excusas para poder conseguir una buena base del sustrato. Espero haberos abierto una nueva puerta facilitando la cría de cetónidos.



Machos de D. derbyana conradsi 
("Cepa 1" a la izquierda, "Cepa 2" ¿híbrido? a la derecha).



Hembras de D. derbyana conradsi 
("Cepa 1" a la izquierda, "Cepa 2" ¿híbrido? a la derecha).

A continuación voy a pasar a hablar de mis escarabajos, concretamente de este cetónido tanzano que crío actualmente, la Dicronorrhina derbyana conradsi. Se trata de una subespecie algo más pequeña que el resto, incluyendo a sus congéneres. Además tiene una tasa de cría menor y por lo tanto suele ser más rara y cara en el mercado.
Me gustaría que observaseis estas dos última fotografías superiores: anteriormente ya había leído en algún sitio el rumor de que algunos de los ejemplares criados en cautividad con colores "anómalos" estaban hibridados con otras subespecies de color principalmente verde como Dicronorrhina derbyana derbyana o D. derbyana layardi (ver última foto del post).
La D. d. conradsi "pura" debería tener teóricamente un fondo de color marrón/violeta con anchas bandas blancas/amarillentas sobre él. He podido observar incluso una variedad de estas donde los ejemplares carecían de las bandas sobre los élitros pero sí sobre los bordes del pronoto.

En mi caso tengo una "cepa 1" que considero pura, por tener los colores "originales" mencionados y otra "cepa 2" cuyos colores van del verde al azul/ violeta aleatoriamente (obsérvese imágenes y leyendas).
Resulta ser un gran embrollo, no estoy seguro si todas estas diferencias en la coloración están dadas por diferentes razas o variedades geográficas o efectivamente por problemas de hibridación descontrolada. Si algún lector puede dar algo de luz a esta cuestión por favor, comenten!.


Macho de Stephanorrhina guttata.
Larvas L3, cocoons y adulto de Stephanorrhina guttata.

Grupo de cría de Stephanorrhina guttata
alimentándose de uvas.

















Cocoon abierto de Stephanorrhina guttata..
 
 
 

En primer lugar dar las gracias a Miguel Santamaría por haber compartido conmigo desinteresadamente esta preciosa especie de las imágenes superiores, se trata de la Stephanorrhina guttata, un colorido escarabajo de las flores con origen afrotropical (Rep. Dem. Congo, Rep. del Congo, Senegal, Togo, Camerún y Ghana).
Por el momento, la cría de la primera generación ha sido satisfactoria; a primera instancia pensé que sería más complicada dado que es una especie poco común entre los aficionados, pero en esta experiencia inicial a demostrado ser muy prolifera.
Su dimorfismo sexual es pobre, los machos presentan un pequeño cuerno aplanado poco visible en la frente a modo de visera y como en muchos otros Cetoniinae, un surco longitudinal a lo largo de sus esternitos abdominales (escarabajo en posición ventral).

Grupo de cría de Eudicella tetraspilota euthalia.
Larvas L3 de Eudicella tetraspilota euthalia. Obsérvese las manchas anaranjadas en los últimos segmentos dorsales típicos del género Eudicella (imagen de la derecha).
Grupo de cría Protaetia pryeri oschimana.

Por último mostraros estas dos especies:

- Eudicella tetraspilota euthalia. Anteriormente ya he publicado un reportaje de cría acerca de este género y he mencionado su canibalismo en las primeras etapas larvarias, pero en el caso de la E. tetraspilota ha resultado prácticamente inapreciable, aunque no significa que sea inexistente las larvas han convivido en grandes grupos sin aparentes pérdidas, por lo tanto su dificultad se reduce en gran medida. Como en las demás Eudicella la duración del periodo larvario es de aproximadamente 8-10 meses.
Esta subespecie con una basta distribución centro-sur africana (Rep. Dem. Congo, Ruanda, Burundi, Uganda, Kenia, Tanzania, Zimbabue, Malaui y Namibia), presenta una enorme variedad de patrones cromáticos según su procedencia y la cepa, sus élitros varían del color amarillo al rojo, presentando distintos tamaños en los puntos negros que poseen sobre los mismos y su pronoto varía del verde/marrón al rojo.
Gracias a Israel Vázquez por cederme algunos de sus ejemplares y haber podido continuar con la cría.

- Protaetia pryeri oschimana. Salimos del continente africano con esta reluciente y metálica Protaetia de origen Japonés. Aunque el archipiélago japonés es muy largo y su clima varía según la latitud, generalmente es templado y cálido a nivel del mar. Por tanto, como otras Protaetia que no son necesariamente de alta montaña y viven en climas templados, la P. pryeri oschimana no necesita ninguna diapausa durante su ciclo biológico, pudiéndose criar en una habitación a temperatura constante como otras especies tropicales.
Como el resto de congéneres que no necesitan hibernación, es muy prolifera y fácil de criar, pudiendo aprovechar sustratos bastante pobres en materia orgánica vegetal. Eso sí, hay que tener en cuenta que la larva tiene un metabolismo muy acelerado, consumiendo a gran velocidad el sustrato.
En cuanto a su dimorfismo sexual es prácticamente nulo, habiendo sutiles diferencias en el femur de las patas posteriores entre machos y hembras muy difíciles de apreciar.

Siento que la fotografía tenga tan mala calidad, es complicado capturar con la cámara el espléndido color metálico que se observa al natural y más aún para un inexperto de la fotografía como yo.
Gracias a José Antonio Alfaro por regalarme los ejemplares necesarios para poder haber estado criando hasta ahora esta bonita especie.

Espero que hayáis disfrutado de este tostón!.

Hembra de D. d. conradsi.
Grupo de cría D. derbyana conradsi,
macho iniciando el vuelo.


Pareja de Dicronorrhina derbyana layardi.