miércoles, 2 de agosto de 2017

Algo más acerca de los cetónidos: Aplicación de sustratos de horticultura y presentación de algunas de mis especies.


Voy a aprovechar este post para presentaros algunas de las especies de cetónidos que normalmente crío y que no he colgado sus fotografías en entradas anteriores.
Además quiero hablar acerca del sustrato apropiado para ellos, sé que anteriormente le he dado miles de vueltas a este aspecto e incluso he sido repetitivo, pero me siguen preguntando y voy a intentar concretar este asunto.
La obtención del sustrato para estos escarabajos es realmente fácil pues además de ser polífagos, aceptan una gran amplitud de tipos de materia vegetal.
Empecemos por aquí partiendo de la base de que los cetónidos son insectos saprófagos, sus larvas viven a expensas de la materia orgánica vegetal en descomposición. Esto quiere decir que una alimentación adecuada podría basarse en humus de hoja podrida, madera en descomposición o cualquier tipo materia orgánica de origen vegetal compostada (como compost, humus o mantillos que venden con fines hortícolas). Por supuesto la mezcla de todas ellas juntas también valdría, la clave está en conseguir el equilibrio y textura adecuada.

Grupo de cría de Dicronorrhina derbyana conradsi (único ejemplar macho abajo).

Larvas L3 y cocoons de Dicronorrhina derbyana conradsi.















En la naturaleza los cetónidos buscan para criar las grandes oquedades de árboles muertos o viejos con partes muertas. Estas oquedades, ayudado por la acumulación de hojas caídas del propio árbol o colindantes, conserva la humedad adecuada para fomentar la descomposición de la propia madera y por supuesto de la misma materia vegetal que cae dentro. Los adultos, atraídos por tan propicio lugar de desove, hacen sus primeras puestas y pronto aparecen las pequeñas larvas que remueven continuamente la materia, promueven la humedad y establecen una gran colonia bacteriana en el entorno. Todo ello junto con su insaciable voracidad acelera la descomposición exponencialmente.
Por tanto estas larvas no se están alimentando solo de hojas, la mayor parte de su sustento procede de la madera de donde se hospedan. En definitiva, la larvas ocupan un importante nicho ecológico, son grandes descomponedoras y recicladoras de la naturaleza.
Asentada la base de la biología de estos insectos (aunque más adelante veremos algunas variantes con otros comportamientos), lo primero y a muy grandes rasgos, será valorar la talla del cetónido, una especie grande necesitará mayor porcentaje de materia orgánica en el sustrato, mientras una pequeña obtendrá los nutrientes necesarios en un sustrato más pobre.
Por tanto un compost/ humus/ mantillo libre de contaminantes químicos para la horticultura y jardinería comprado en un vivero por ejemplo, tiene bastante materia orgánica vegetal como para satisfacer las necesidades de un cetónido de talla pequeña (ProtaetiaSmaragdesthes, Pachnoda...) sin estar de más suplementarlo con un porcentaje de humus de hoja del bosque, madera blanca podrida, flake soil... o la mezcla de varios para asegurarles un crecimiento sano. De lo contrario una especie mediana o grande (EudicellaDicronorrhina, Mecynorrhina...) necesitará un porcentaje mucho mayor de estos elementos, aparte de aditivos proteicos en algunos casos.
No ignoremos que el compost comercial puede ser de origen vegetal o de excremento de ganado. Bajo mi experiencia el compost proveniente del estiércol no es el más adecuado, generalmente buscamos sustratos con el pH más neutro posible y este último suele ser algo ácido además de no ser acorde con la biólogia de la mayoría de los Cetoniinae (recordemos a las larvas en las oquedades de los árboles en la naturaleza).
Bien es cierto que hay especies que a pesar de no ser estrictamente coprófagas, crían muchas veces en montones de estiércol, se me ocurren varios ejemplos de Cetoniinae que habitan en nuestros campos como los procedentes del género TropinotaOxythyrea e incluso Netocia; al igual que hay especies excepcionales y tan polígrafas que son capaces de hospedarse en los tocones de coníferas muertas (también ácidas) como el Oryctes nasicornis (subfamilia Dynastinae). No obstante todos estos ejemplos y conductas biológicas no son usuales entre los cetónidos que normalmente criamos, por lo que no debemos ponerlas en práctica, aunque nunca hay una regla general ni un único camino, no cierro completamente las oportunidades de experimentación del lector.
Para mí, los ideales son los compostajes, humus o mantillos comerciales de origen vegetal que contienen algo de sílice en su composición, pues esta proporción de arena dá una textura más fina al sustrato, incitando a los adultos a ovipositar y sobretodo, ayudando a las larvas a la construcción del cocoon.
Poco se oye hablar de los compost preparados para plantas para la cría de escarabajos, pero no son nada caros y son de fácil acceso para todo el mundo, no hay excusas para poder conseguir una buena base del sustrato. Espero haberos abierto una nueva puerta facilitando la cría de cetónidos.



Machos de D. derbyana conradsi 
("Cepa 1" a la izquierda, "Cepa 2" ¿híbrido? a la derecha).



Hembras de D. derbyana conradsi 
("Cepa 1" a la izquierda, "Cepa 2" ¿híbrido? a la derecha).

A continuación voy a pasar a hablar de mis escarabajos, concretamente de este cetónido tanzano que crío actualmente, la Dicronorrhina derbyana conradsi. Se trata de una subespecie algo más pequeña que el resto, incluyendo a sus congéneres. Además tiene una tasa de cría menor y por lo tanto suele ser más rara y cara en el mercado.
Me gustaría que observaseis estas dos última fotografías superiores: anteriormente ya había leído en algún sitio el rumor de que algunos de los ejemplares criados en cautividad con colores "anómalos" estaban hibridados con otras subespecies de color principalmente verde como Dicronorrhina derbyana derbyana o D. derbyana layardi (ver última foto del post).
La D. d. conradsi "pura" debería tener teóricamente un fondo de color marrón/violeta con anchas bandas blancas/amarillentas sobre él. He podido observar incluso una variedad de estas donde los ejemplares carecían de las bandas sobre los élitros pero sí sobre los bordes del pronoto.

En mi caso tengo una "cepa 1" que considero pura, por tener los colores "originales" mencionados y otra "cepa 2" cuyos colores van del verde al azul/ violeta aleatoriamente (obsérvese imágenes y leyendas).
Resulta ser un gran embrollo, no estoy seguro si todas estas diferencias en la coloración están dadas por diferentes razas o variedades geográficas o efectivamente por problemas de hibridación descontrolada. Si algún lector puede dar algo de luz a esta cuestión por favor, comenten!.


Macho de Stephanorrhina guttata.
Larvas L3, cocoons y adulto de Stephanorrhina guttata.

Grupo de cría de Stephanorrhina guttata
alimentándose de uvas.

















Cocoon abierto de Stephanorrhina guttata..
 
 
 

En primer lugar dar las gracias a Miguel Santamaría por haber compartido conmigo desinteresadamente esta preciosa especie de las imágenes superiores, se trata de la Stephanorrhina guttata, un colorido escarabajo de las flores con origen afrotropical (Rep. Dem. Congo, Rep. del Congo, Senegal, Togo, Camerún y Ghana).
Por el momento, la cría de la primera generación ha sido satisfactoria; a primera instancia pensé que sería más complicada dado que es una especie poco común entre los aficionados, pero en esta experiencia inicial a demostrado ser muy prolifera.
Su dimorfismo sexual es pobre, los machos presentan un pequeño cuerno aplanado poco visible en la frente a modo de visera y como en muchos otros Cetoniinae, un surco longitudinal a lo largo de sus esternitos abdominales (escarabajo en posición ventral).

Grupo de cría de Eudicella tetraspilota euthalia.
Larvas L3 de Eudicella tetraspilota euthalia. Obsérvese las manchas anaranjadas en los últimos segmentos dorsales típicos del género Eudicella (imagen de la derecha).
Grupo de cría Protaetia pryeri oschimana.

Por último mostraros estas dos especies:

- Eudicella tetraspilota euthalia. Anteriormente ya he publicado un reportaje de cría acerca de este género y he mencionado su canibalismo en las primeras etapas larvarias, pero en el caso de la E. tetraspilota ha resultado prácticamente inapreciable, aunque no significa que sea inexistente las larvas han convivido en grandes grupos sin aparentes pérdidas, por lo tanto su dificultad se reduce en gran medida. Como en las demás Eudicella la duración del periodo larvario es de aproximadamente 8-10 meses.
Esta subespecie con una basta distribución centro-sur africana (Rep. Dem. Congo, Ruanda, Burundi, Uganda, Kenia, Tanzania, Zimbabue, Malaui y Namibia), presenta una enorme variedad de patrones cromáticos según su procedencia y la cepa, sus élitros varían del color amarillo al rojo, presentando distintos tamaños en los puntos negros que poseen sobre los mismos y su pronoto varía del verde/marrón al rojo.
Gracias a Israel Vázquez por cederme algunos de sus ejemplares y haber podido continuar con la cría.

- Protaetia pryeri oschimana. Salimos del continente africano con esta reluciente y metálica Protaetia de origen Japonés. Aunque el archipiélago japonés es muy largo y su clima varía según la latitud, generalmente es templado y cálido a nivel del mar. Por tanto, como otras Protaetia que no son necesariamente de alta montaña y viven en climas templados, la P. pryeri oschimana no necesita ninguna diapausa durante su ciclo biológico, pudiéndose criar en una habitación a temperatura constante como otras especies tropicales.
Como el resto de congéneres que no necesitan hibernación, es muy prolifera y fácil de criar, pudiendo aprovechar sustratos bastante pobres en materia orgánica vegetal. Eso sí, hay que tener en cuenta que la larva tiene un metabolismo muy acelerado, consumiendo a gran velocidad el sustrato.
En cuanto a su dimorfismo sexual es prácticamente nulo, habiendo sutiles diferencias en el femur de las patas posteriores entre machos y hembras muy difíciles de apreciar.

Siento que la fotografía tenga tan mala calidad, es complicado capturar con la cámara el espléndido color metálico que se observa al natural y más aún para un inexperto de la fotografía como yo.
Gracias a José Antonio Alfaro por regalarme los ejemplares necesarios para poder haber estado criando hasta ahora esta bonita especie.

Espero que hayáis disfrutado de este tostón!.

Hembra de D. d. conradsi.
Grupo de cría D. derbyana conradsi,
macho iniciando el vuelo.


Pareja de Dicronorrhina derbyana layardi.












5 comentarios:

  1. Un placer leer esta publicación, a mis Pachnodas les va genial el mantillo hortícola mezclado con hojarasca de roble, haya, sauce y abedul. Tengo ya superpoblación y las larvas crecen a una velocidad de vértigo!

    Saludos
    Luis

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  2. Hola Fernando
    Ante todo darte las gracias por tu profesionalidad.
    Decirte que el pedido ha llegado bien, todo vivo con una salud de hierro, gracias tambien al trabajo bien echo del embalaje, se nota que le pones cariño.
    Ahora que me decido y lanzo a este mundillo, se que con tus consejos y ayuda saldra todo genial..

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  3. Gracias por los comentarios, me alegro que mi intención vaya bien encaminada y por supuesto ir mejorando y creciendo poco a poco.

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  4. como puedo conseguir escarabajos desde Las Palmas Canarias

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  5. ¡Genial artículo sobre cetónidos!
    Por el momento estoy criando dinástidos (en especial M. elephas) y tengo un adulto de Gymnetis flavomarginata, y cuento con flake soil de roble, pero por lo que leo en tu artículo, ¿a mi cetónido le podría dar de comer sustratos de otro tipo de maderas o plantas diferentes al roble?
    Me cuesta mucho trabajo conseguir en mi país (México), viruta o pellets de roble o haya para poder producir mi propio flake soil para los M. elephas.

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